Explorando el más allá (parte 4)


Los sentimientos y las almas

¿Que son los sentimientos?
Según los científicos: una simple respuesta neuroquímica a los estímulos del medio ambiente aunada la necesidad de adaptación de los seres vivos.
De aceptar teorías como la anterior deberíamos de pensar que, después de millones de años de evolución, somos criaturas extremadamente imperfectas, dado que muchas veces las emociones se convierten en obsesiones que inclusive llevan al suicidio ¿Que adaptación al medio existe allí?
A los científicos les cuesta decir simplemente "no se" y acostumbran llenar los "espacios en blanco" que quedan, cuando sus pruebas se agotan, con teorías que no soportan el más mínimo análisis.
Lo cierto es que los científicos no pueden ubicar donde se emplazan cosas como: la conciencia, la memoria y por supuesto los sentimientos.
Afirmar que los sentimientos son una ilusión generada en el cerebro y que se deben a reacciones electroquímicas entre las células nerviosas, es una respuesta claramente insuficiente como para justificar: el amor que sentimos por nuestros seres queridos, el odio que nos generan las situaciones que consideramos injustas o la piedad que nos impele a ayudar a un ser que nos necesita.
Entonces ¿Qué son los sentimientos y dónde están?
Los sentimientos son, por decirlo de un modo simple, la forma de pensar y comunicarse del alma.
¿Por que afirmo que son la forma de pensar? Si lo analizamos, hasta el más complejo razonamiento matemático se vuelve una sensación dentro nuestro y lo mismo sucede con la música que escuchamos, con la belleza que percibimos o con cualquier frío razonamiento que elaboremos. Estas sensaciones o sentimientos se incorporan inmediatamente en nuestra memoria (la cual se encuentra en el alma). Tanto los sentimientos como los recuerdos pasan así a formar parte integral del alma. El recavar experiencias durante las diferentes vidas en las que encarna es su razón de ser y su propósito de existir.
¿Por que afirmo que son la forma de comunicarse? La telepatía es la comunicación entre dos seres con el simple hecho de pensar (aunque también podríamos decir sentir a estas alturas). Puede atravesar distancias inconmensurables en un solo instante como quedó registrado en un experimento llevado a cabo por la propia NASA durante la misión Apolo 14 en 1971 (la revista Life publicó el experimento). Es una forma de comunicación pura e inequívoca que puede atravesar cualquier límite de idioma ya que maneja conceptos. Los últimos avances en física apuntan a que existe alguna clase de enlace a nivel cuántico que podría ser la base de esta forma de comunicación tan perfecta.

Queda entonces claro que tanto la conciencia como la memoria forman parte del alma; el hecho de poder recordar una vida anterior, bajo ciertas circunstancias especiales, así lo prueban. El poder de los sentimientos es tan grande y su importancia en nuestra manera de proceder tal que, muy posiblemente, son el principal motivo por el cual necesitamos olvidar nuestras vidas pasadas al encarnar. El abordar una nueva existencia con toda la carga emocional de una existencia pasada interferiría sobremanera en la vida que comienza y nos impediría obtener nuevas experiencias de una manera neutral y pura.

Niño de 3 años recuerda su muerte en vida pasada e identifica su asesino
Un niño de tres años de edad, en la región de los Altos del Golán, cerca de la frontera de Siria e Israel, dijo que fue asesinado con un hacha en su vida anterior.
Mostró a los ancianos de la aldea dónde había enterrado el asesino su cuerpo, y por supuesto se encontró el esqueleto de un hombre allí, también les señaló dónde se encontraba el arma homicida, y excavando encontraron un hacha.
En su libro, “Los niños que han vivido antes: reencarnación hoy en día”, El terapeuta alemán Trutz Hardo narra la historia de este chico, junto con otras historias de niños que parecen recordar sus vidas pasadas con una impresionante exactitud para luego ser verificada.
La historia del niño fue presenciada por el Dr. Eli Lasch, quien es mejor conocido por el desarrollo del sistema médico en Gaza como parte de una operación del gobierno israelí en la década de 1960. El Doctor Lasch, que murió en 2009, le había contado estos acontecimientos asombrosos a Hardo.
El muchacho era de la etnia drusos, y en su cultura se acepta la existencia de la reencarnación como un hecho. Su historia, sin embargo, tenía el poder de sorprender a su comunidad.
Él nació con una larga mancha de nacimiento, de color rojo en la cabeza. Los drusos creen, como algunas otras culturas, que las marcas de nacimiento están relacionados con la muerte de vidas pasadas. Cuando el niño tenía la edad suficiente para hablar, le dijo a su familia que había sido asesinado por un golpe en la cabeza con un hacha.
Es habitual que los ancianos tomen a un niño de 3 años de edad y lo lleven a la casa de su vida anterior en el caso que éste la recuerde. El chico sabía en qué pueblo había vivido, por lo que fue allí. Cuando llegaron a la aldea, el muchacho recordó el nombre que tuvo en su vida pasada.
Un hombre local de la villa dijo que la persona que el chico dijo haber sido había desaparecido cuatro años antes. Sus amigos y familiares pensaron que podría haberse perdido en territorio hostil como a veces sucede.
El niño también recordaba el nombre completo de su asesino. Cuando se enfrentó a este hombre, el rostro del presunto asesino se volvió blanco, le contó Lasch a Hardo, pero el presunto criminal no admitió el asesinato.
El muchacho dijo entonces que él podía llevar a los ancianos al sitio donde estaba enterrado el cuerpo. En ese mismo lugar, encontraron el esqueleto de un hombre con una herida en la cabeza que corresponde a la marca de nacimiento del niño, también encontraron el hacha, el arma homicida.
Ante esta evidencia, el asesino confesó el crimen.
El Doctor Lasch, el único no-druso, estuvo presente a través de todo este proceso.

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