Viajando con Recuérdame... (parte 5)

Hoy quiero mostrarles uno de los más paradisíacos lugares a los que se puede viajar en mi novela.
Cuando comencé a escribir Sol de oriente (capítulo nº20 de Recuérdame) mi primera intención fue buscar un lugar del mundo que contrastara con todas las locaciones septentrionales que, hasta ese punto de mi novela, habían reinado en todo el relato.
Recuerdo que en cuando dejé que mi mente eligiera ese lugar perfecto, donde el relax necesario para los personajes y la trama fueran el epicentro de un momento para replantearse el camino a seguir, casi de inmediato vino a mi mente este lugar: la bahía de Phang Nga en Tailandia.
Muchos de ustedes conocerán este lugar por sus particulares formaciones rocosas, que han aparecido en muchas películas (incluida una del famoso agente 007 James Bond, que por cierto fue el primer lugar donde la vi en mi infancia y desde entonces quedó grabada en mi mente).
Tanto las aguas cristalinas como la topografía propia de estas islas volcánicas, presentes en todo el terreno, son únicas en mi historia y es por eso que marcan un punto y aparte en la trama. Invitan al lector a hacer una pausa de toda la acción precedente (que a esa altura a uno ya lo ha dejado sin aliento).
El carácter exótico (para el público occidental, claro está) de todo el ambiente que se presenta aquí no solo marca un momento vacacional sino que ademas me ayuda a ir preparando lo que seguirá...

En este punto me detengo para evitar hacer un spoiler y los dejo con un hermoso video donde se puede apreciar el ambiente que vivirán en Sol de oriente, capítulo nº20 de Recuérdame.

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