Recuérdame. La historia detrás de la historia (parte 4)

La perfección en una historia.

La precisión y el perfeccionismo... esos son dos aspectos que me obsesionan cuando escribo. Se que muchos pensarán que ser muy perfeccionista puede ser una equivocación mas que un acierto, pero de no serlo se puede caer en lo opuesto, o sea: la incoherencia.
Un relato impone un desafío al escritor y no cualquiera es capaz de encararlo. Es por eso que un escritor necesita de cierta preparación previa antes de ponerse a escribir una historia. El léxico que emplea al relatar, la manera en la que lo hace y sus propios conocimientos, adquiridos a lo largo de su vida, serán sus herramientas para el desarrollo de su historia.
La falta de tiempo al escribir es un gran enemigo del relato que ataca al escritor en demérito de su obra y es por eso que, lamentablemente, en una gran parte de los guiones no se hace el hincapié necesario en ese aspecto tan importantes de la trama que es: la precisión. Se puede ver que, una cosa que pasa mucho últimamente tanto en libros como en películas, es que se subestima a la persona que recibe el mensaje que se vuelca en la historia, el lector o espectador está muy atento a los detalles ya que se deja llevar por la trama y cualquier falla en la misma le hará sentir que la obra no está lo suficientemente cuidada, pero ¿Por que algunos escritores permiten que pase eso? La respuesta es muy simple: falta de preparación o falta de tiempo.
Para mí, escribir es un placer y me gusta que el relato se vuelva difícil de contar de un modo simple, disfruto pensando en las maneras más intrincadas en la que se puede resolver una situación y como puede escalar en complejidad, hasta un desenlace inesperado. Por ejemplo, en Recuérdame las historias de los personajes se entremezclan en el presente y el pasado, ya que como consecuencia del tema central, que es la reencarnación, la historia tiene muchos flashbacks que transportan al lector a historias de un pasado que que se remonta a décadas y que en ocasiones son vistas desde la óptica de diferentes personajes y todo tiene que encajar como si fueran las piezas de un complejo rompecabezas.
Cuando desarrollé esta novela revisé cada aspecto, por insignificante que pareciera: tiempos de viaje en diferentes medios de transporte, horarios de salida y puesta del sol en distintas épocas del año, topografías de los terrenos y lugares, clima y temperatura de acuerdo a la temporada (que afectan a la forma de vestir), etc...
Obviamente los aspectos más grandes están perfectamente chequeados, como ser las edades de cada uno de los personajes y los tiempos necesarios en sus vidas para adquirir las habilidades que despliegan.
Para mí mantener la verosimilitud es muy importante; cuando escribí Recuérdame la viví en mi mente como real y mi intención es que el lector la viva del mismo modo en que yo lo hice.
Para mí la perfección y el detalle son, finalmente, una muestra del amor que un escritor tiene por su obra.

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